domingo, 8 de febrero de 2009

hace tiempo que estaba pensando; cuánto vale nuestra vida? -tal vez no la suya, pero sí la mía y la de unos cuantos más-

son alrededor de las 2.30 de la madrugada, un sábado, y en estos momentos debería estarme por colar en un boliche de diversa orientación sexual... pero no
el hecho en sí comenzó realmente no me acuerdo ni cuando ni donde, pero debe haber sido aquel caluroso 28 de enero de 1989 en la ciudad de montelevideo; sí, efectivamente ahí fue cuando todo comenzó, pero no de lo que les quiero hablar ahora...

hace no tanto, mi padre, me presentó a su novia, la cual venía anexada a un monton de críos, con los que inmediatamente nos llevamos bien, yo diría más que bien... luego de cultivar la relación con ellos desembocamos en lo que se diría "aguas profundas", o sea, generamos una bonita amistad, tanto es así que creo que en mí vida, jamás, visité tan seguido a alguien sin sentir la necesidad de asesinar.

sí de por sí ya es difícil amoldarse a las costumbres de nuestras propias familias imaginense lo que puede generar adaptarse a los de la de alguien más... bastante fácil a decir verdad.
en fin -o en principio- como les venía diciendo fue raro acostumbrarse a eso de comer cuatro comidas diarias, y más si tenemos en cuenta que mi ingesta jornal se limita a una, y el hecho de, siendo todos heterosexuales, ir practicamente todos los viernes a bailar a un boliche gay (léase "gai")

en principio los prejuicios rondan por nuestra zapoteca; que los homosexuales nos van a violar, que harán cosas promiscuas y demás... pero yendo a esos lugares uno nota el respeto y la libertad que se genera en dicho ambiente, libre de hipocresías y de julio cesar gard

las primeras veces fue una desilusión, ya que uno espera que cualquier "puta loca" (frase extraída del amigo de macel daset) levante el ánimo de nuestro ser alabando nuestra belleza, y eso, nunca pasó, ni siquiera hasta el día de hoy, en el cual yo debería estar ahí.

el cuento en sí es relativamente corto; uno de mis nuevos hermanos me presentó a una niña rubicunda bastante bonita, la cual, además, es bastante inteligente a la hora de comparar con la media y con quien charlamos incluso del ejercito zapatista de liberación nacional...

a los pocos días, pablo, invitome a salir a caminar, y, oh sorpresa, ella estaba allí; realmente, es bonita...
bueno, nos quedamos por ahí hasta que fue la hora prudente de salir; un par de vinos, tal vez una cerveza y creo que ya estaban levemente borrachos (yo aprendí de mi trabajo como carpintero a tolerar mejor el alcohol) por lo que terminamos bailando electrónica en un boliche gay

la cosa, a raudos resumenes, me habían manijeado con que esa chica podría corresponderme, así que me envalentoné, bailamos un rato y no... me rechazó
bueno, al menos un idiota con un jueguito infantil casero hecho en papel la paso con ella bien

pero...

"nunca te fíes de quienes de seguro te corresponderan, pués a seguro se lo llevaron preso, por tenencia de dos kilos de cloridrato de cocaína, y va a tener un largo tiempo encerrado como un jilguero"

1 personas dicen...:

Alexis dijo...

Me pregunto qué carajo tiene que ver la pregunta del principio con el texto.
Sólo eso. Lo demás son cosas tuyas, ahí no me meto.