domingo, 3 de febrero de 2008

lautreamont, loco!

En cuanto pasaba el día, era evidente que las cosas se iban poniendo un poquito mas extrañas…
Si bien, al que madruga dios lo ayuda, no fue de las sorpresas más gratas encontrarme con que mi despertador no había sonado y que en 30 minutos tenía que estar en el centro, por lo cual apenas me prepare para lograr llegar ese sábado a las 10 de la mañana a esa cita impostergable, lo cual no se me complico tanto, solo 10 minutos de retraso siendo que el tiempo normal hasta dicho destino es de 45 minutos aproximadamente y que, además de todo, entre la parada y el lugar ese hay unas 11 cuadras. El tema fue, sin tanto asombro, la pregunta de una doña dentro del mismo ómnibus;
-¿Te bajas en tres cruces vos?- me dijo la misma desde la puerta trasera del bus que estaba unos asientos atrás de donde yo estaba
-No, no- mi típica respuesta nerviosa ante todo acto comunicativo inesperado con la sociedad
-Ahhhhhhhhh-me dijo-¿no me ayudarías con el carrito?
-Sí, claro, como no…
Me predispuse a ayudar a la doña y cuando llegamos a la tumba de ladrillos promiscua (tres cruces) y, para sorpresa mía, resulto que el carrito de metal que me había pedido que le baje era bastante liviano y lo único que pesaba eran las pelotas de la señora…

Un par de horas después, esperando a un ómnibus para volver a casa, me encuentro con que detrás de la parada salta un tipo que comienza con un ataque de verborrea hacia mi
-Disculpa flaco, pero venia caminando y hace varias cuadras que te vengo mirando y ta, como te vi con la guitarra (error, era un bajo) y ta, no se, pensé en hacerte una pregunta, pero no me anime, y ta, pero bueno, te la hago y…-siguió, bastante más, el asunto era si yo sabía de alguien que quisiera comprar un amplificador de guitarra, y, luego de poder interrumpir su larga perorata que incluyo decirme donde vivía y si no lo paraba me pedí mi teléfono, le pude decir
-La verdad ni idea, lleva lo a una casa de música
-¿Vos decís?
-seeeee

Ese día realmente me sentí un imán de situaciones absurdas mientras me dirigía nuevamente a tomarme un ómnibus para encontrarme con una amistad, y para confirmarlo, una camioneta de un tamaño impresionantemente exagerado, con vidrios polarizados, se apea cerca mío, mientras sigo caminando, bajan los vidrios, y de adentro un tipo parecidísimo a un cerdo grita
-Flaco ¿boulevard Artigas donde queda?-estupefacto me dejo, vivo lejos, muy lejos de boulevard, si que no tuve mas que aguantarme la risa, realmente, me estaba cagando de la risa y decirle
-Mira flaco (en burla) agarras esa calle ¿viste? Y seguí de largo, vos seguí, no te desesperes si te parece que no lo encontras, mira que estas muy lejos
Lo mas absurdo fue su repregunta
-ah, gracias ¿Y colonia para donde queda?
-esté, seguí por esa también.

Nada, pero nada más absurdo podía pasarme, pero otra vez, me equivocaba;
Ya entrada la noche, sentados con mi amistad en el parque Rodó, una invasión de perros se produjo, seguidas de otra invasión de irracionalidad. Para hacerla corta, un viejo me pregunta si me pasaba algo, con tono agresivamente altanero
-No, no me pasa nada
Ta, me amenazo con darme una paliza brutal, con llamar a la policía y meterme diez años preso mientras en la comisaría me seguía dando palizas memorables si no me iba en 5 minutos del parque. Estaba jugado, me remangue el buzo y…si, nos fuimos a la mierda pensando en lo absurdo de la situación, haciendo especulaciones paranoicas sin sentido de lo que había pasado, ninguna satisfijo…
Bueno, desde ese día me di cuenta de que tengo un algo especial que siempre atrae a los locos más charlatanes, a los mendigos más insistentes y demás tipo de personajes que circulan, no me molestan a mí, pero ¿Por qué carajo les molesto yo a ellos? ¿Qué carajo hago para que se puedan ofender si realmente no tengo nada para darles? No se, lo único que sigo sin explicarme es porque si no estoy haciendo nada que realmente dañe a nadie, que efectué un mal sobre la propiedad colectiva ni nada tiene que venir gente a romper las pelotas, pensé que ser libre era ni más ni menos que eso, hacer las cosas que uno quiera sin hacerle daño a nada ni a nadie, pero veo que no para todos es lo mismo la libertad…seguramente sigan viviendo felices sabiendo que su única libertad es la de que refresco sabor cola eligen para la cena.

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martes, 29 de enero de 2008


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jueves, 24 de enero de 2008

Días gilipollas, tardes corocas


De alguna manera lo tengo que entender, pero ¿Cómo?
Llega el 21 de diciembre y según el eje de la tierra, la rotación de la misma y no se que cosas entramos en una estación climática, por decirle de alguna manera, que hemos dado en llamar; verano.
Consiste en días más largos, noches más cortas, por lo cual ya no me gusta mucho. Además, suele coincidir con los recesos laborales y educativos del ser humano promedio, por lo que, aplicando el modus ponens tollens (exámenes, ¡allá voy!) podemos inferir que todo el mundo esta de joda, o por lo menos se las ingenian para hacerlo.
Casi todos emigran a lugares llamados de maneras raras, como pueden ser “punta del éste” o “la paloma” a descansar de sus anales (ups, quise decir “anuales”) rutinas y de la vida de formalismos que han de llevar en su ciudad de residencia, claro ¿porqué si disfrutan tanto de estos 15 o 30 días no deciden llevar una vida así? No lo se…
El hecho es que, el estudiante desempleado, no puede escapar a éste período vacacional, en el que muchos nos aburrimos hasta la medula, y ha de rebuscárselas para sobrevivir a estos arduos períodos, ¿Cómo? Fácil, yéndose a los anteriormente citados (y a otros) balnearios.
El hecho, es que salvo 4 días de el mes de enero, no hice nada de esto para sobrevivir, así que, otro año más, no va a llegar marzo y no voy a tener cuentos del estilo de Kerouac y su “en el camino” para contar (aunque me las anduve de beat por ahí, no lo voy a negar, y he tenidos relaciones humanas al estilo “los subterráneos”) por lo cual (convengamos que tampoco tenemos un país tan ancho como Estamos (h)Undidos de Norte América para recorrerlo a dedo y demorar más de 6 horas) he decidido crear mi propio “en el camino” recopilando las cosas absurdas que me están pasando a lo largo de éste verano; cosas tan absurdas como descabelladas, que quizás le pasen a todos, pero solo caen en consideración cuando son vividas por un ser tan absurdo y desquiciado (y eso que lo más absurdo, lo más desquiciado, lo más surrealista, lo más descabellado y cuanto epíteto que conote algo fuera de la lógica humana, no lo voy a contar, me reservo el derecho a conservar un poco de dignidad ¡pero vaya que fue súrreal!)

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